A veces dar el primer paso es difícil y  conseguir el impulso necesario para empezar puede convertirse en una árdua tarea. Pero cuando lo conseguimos, corremos el riesgo de crear bloqueos y barreras que nos hacen retroceder e incluso abandonar.

Pensar en el resultado sin una actitud adecuada nos puede llenar de miedos e inseguridades que la mayoría de las veces no se cumplen.

Es mejor atreverse y después evaluar el resultado. Lo peor que te puede pasar es que tengas que aprender una valiosa lección 😉.